Veinte minutos de charlas a solas y el balance de un resultado que golpeó, profundamente, a la conducción peronista tucumana. Juan Manzur, jefe de Gabinete de la Nación y gobernador en uso de licencia, y Osvaldo Jaldo, vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, se sentaron -café de por medio- a analizar el resultado. “Esto fue un llamado de atención”, exclamó uno de ellos. “Muchos hicieron la plancha”, lanzó el otro. La pelea entre ambos que derivó en una feroz interna en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) explica una parte de esta historia, en la que los dirigentes del manzurismo y del jaldismo no pudieron acomodarse al nuevo escenario de paz partidaria. La otra es, tal vez, la más decisiva: la de una Argentina que, más allá de la pandemia de la covid-19, se encuentra con un elevado porcentaje de inflación, que carcome el poder adquisitivo de una sociedad que también le pasó factura al Gobierno por el incremento en los índices de pobreza y de desocupación.
En las elecciones de ayer, el oficialismo tucumano ha dejado en el camino nada menos que 80.000 votos respecto del resultado de las PASO. Unos 40.000 sufragios correspondieron a la sección electoral Oeste; otros 30.000 al Este, mientras que los 10.000 restantes se perdieron en la Capital. En la previa a los comicios de ayer, Jaldo tenía un informe que hablaba precisamente del peso electoral de los enojados y de los desilusionados por el acuerdo posterior con Manzur y que implicaba unas 76.000 voluntades sobre las cuales había que trabajar para evitar la fuga de votos, particularmente en el interior.
En la charla de anoche del binomio gubernamental, una frase describió el mundo de sensaciones de la Casa de Gobierno: “no estamos exentos de la ola amarilla que inundó la Argentina, pero -pese a ese fenómeno- salvamos la ropa”. Fue una manera de consolarse frente a los dos puntos de diferencia -y no ocho como presuponía el Frente de Todos- respecto de los votos obtenidos en el distrito por Juntos por el Cambio.
El clima en el Salón Blanco no era precisamente de fiesta. La proliferación de barbijos pudo evitar contagios de covid y también ocultar los rostros de preocupación de una dirigencia peronista que no supo ni pudo digerir el resultado electoral. Esos militantes no destilaron euforia. Manzur, Jaldo, los candidatos y el resto de los funcionarios del PE y de la Legislatura salieron al principal salón del edificio de 25 de Mayo y San Martín a agradecer el acompañamiento en las elecciones. Sin embargo, la atmósfera oficialista estuvo pesada en el antedespacho gubernamental, allí donde se concentraron los manzuristas con los jaldistas, el agua y el aceite del peronismo.
“En un momento muy difícil el peronismo revalidó los títulos en Tucumán. Hay que seguir trabajando todos los días, redoblando los esfuerzos. El lunes sigue gobernando el peronismo en la provincia y en la Argentina”, afirmó el jefe de Gabinete durante su mensaje en el Salón Blanco antes de emprender el regreso a Buenos Aires. “Este es un espacio que sabe escuchar el mensaje de las urnas, queremos la unidad de todos para mejorar la calidad de vida de los tucumanos”, expresó, por su parte, Jaldo.
En ambos ha quedado la sensación de que hubo intendentes, legisladores, concejales y comisionados rurales que no jugaron fuerte para alcanzar el mejor resultado electoral. A la cúpula gobernante le hizo ruido la performance en Alderetes, Las Talitas y Tafí Viejo, pero no tanto en Concepción, Yerba Buena y Bella Vista, distritos gobernados por Juntos por el Cambio.
Hacia adelante, para afrontar los dos años de gestión que le quedan a Manzur y a Jaldo, y tratar de que el PJ retenga la gobernación en 2023, ambos trazaron tres reglas fundamentales: gobernar bien, cerrar filas internas y, así, llegar sólidos al próximo turno electoral. Para lo primero, Jaldo se asentará en las gestiones que pueda resolver Manzur desde la Casa Rosada; para lo segundo, dependerá en gran medida de los operadores directos de la Casa de Gobierno en un plan de seducción de dirigentes territoriales (en el Ejecutivo creen que faltó contención). Lo tercero será una consecuencia. El vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo está dispuesto a usar el bisturí, si es necesario, para darle otra impronta a la gestión. Sin embargo, antes de planes y cambios en el gabinete, consultará a Manzur. Este proceso puede arrancar mañana mismo, cuando Jaldo viaje a Buenos Aires a firmar acuerdos energéticos.
Pablo Yedlin: el gran desafío del país
El senador electo Pablo Yedlin reconoció anoche que los oficialismos en el mundo han pagado el costo político por la pandemia y la Argentina no ha sido una excepción. Sin embargo, dijo que el Gobierno accionó para que menos personas se contagien. “Tenemos que ponernos de acuerdo para que la Argentina vuelva a crecer y cómo vamos a pagar la deuda, más allá de quién la tomó”, indicó.
Sandra Mendoza: una nueva etapa de trabajo
La senadora electa Sandra Mendoza utilizó las redes sociales para expresarse. “¡Gracias! A cada uno de los tucumanos y tucumanas, a los dirigentes, a cada militante, a la familia y a todos los que confiaron en nuestras ideas y proyectos. Hoy tengo el honor de ser electa Senadora Nacional por mi querido Tucumán y comienza una nueva etapa de trabajo incansable para hacer un futuro mejor para todos”, tuiteó anoche.
Agustín Fernández: el diputado electo del jaldismo
Con una foto frente a la urna, el flamante diputado nacional electo por el Frente de Todos, Agustín Fernández, inmortalizó el momento en el que emitió su voto. La imagen fue difundida ayer por la mañana en su cuenta de Instagram. Fernández llegó en la lista de Todos por Tucumán, pero quedó como candidato en segundo término cuando Osvaldo Jaldo desistió de su candidatura.
Rossana Chahla. apoyo al proyecto
“Gracias a todos los tucumanos y tucumanas que han hecho de esta una verdadera jornada democrática, y a quienes han confirmado su apoyo al proyecto del #FrenteDeTodos en estas elecciones legislativas”, tuiteó la ministra de Salud, Rossana Chahla, que fue electa diputada nacional. La funcionaria ratificó que asumirá la banca el 10 de diciembre, tal como lo había señalado durante la campaña.